Hace ya más de dos décadas, un pequeño negocio familiar vio la luz en el hermoso Valle de Molina. Era el año 2003, y comenzamos nuestra travesía como un modesto emprendimiento dedicado a la compra y venta de frutas. En aquel entonces, solo contábamos con la colaboración de diez valerosos productores durante nuestra primera temporada.
El Valle de Molina, con su fértil tierra y clima excepcional, se erigió como el escenario perfecto para nuestra ambición. Con esfuerzo y dedicación, año tras año, fuimos forjando nuestro camino. Cada temporada trajo consigo nuevas oportunidades y desafíos, y nosotros estábamos dispuestos a afrontarlos con pasión y determinación.
Nuestra visión de ofrecer frutas de la más alta calidad, frescas como la brisa de la montaña, pronto empezó a resonar en los corazones de los amantes de los sabores auténticos. Montes de Molina se convirtió en sinónimo de excelencia y sabor inigualable.
A medida que nuestra reputación crecía, también lo hacía nuestro compromiso con la innovación. Fue en el Valle de Molina que, en un momento clave de nuestra historia, tomamos un paso audaz al inaugurar la primera planta de fruta congelada de la región. Este hito marcó un nuevo capítulo en nuestra trayectoria y nos permitió compartir los sabores del valle con el mundo entero.
Desarrollar nuestras actividades productivas bajo un fiel apego a la legislación y normativa aplicable relacionada con la calidad, seguridad alimentaria, seguridad industrial, legalidad, autenticidad, salud ocupacional y medio ambiente.
Cultivar, Procesar y Comercializar a nivel nacional e internacional Fruta en especial Orgánica, en conjunto de nuestros productores y trabajadores para entregar un producto que satisfaga los requisitos legales, expectativas en calidad, servicio y seguridad alimentaria, reconociendo la importancia de nuestros clientes y consumidores finales a través de un comercio justo.
Liderar en nuestros distintos mercados, siendo reconocidos por entregar productos y servicios con alto estándares de calidad.